Cuidados para tu perro
¿Pero si brilla después de usarlo está limpio, no?
Todos lo hemos hecho, nuestro mejor amigo deja tan limpio su plato, que luego no lo lavamos, porque claro ¿está limpio, no? Vemos como esa lengua rosa, lo deja brillando de limpio, aunque si lo observamos mejor veremos que dejan una pequeña filmina.
O cuando lo hacemos, solo pasamos un poco de jabón, tal vez hasta lo lavamos con nuestros platos. Aunque, con toda honestidad, ¿te queda claro cuantas veces a la semana lo lavas? ¿O cuando fue la última vez que lo lavaste?
Si eres como la mayoría de los humanos, muchas veces ni te imaginarás la cantidad de bacteria que podría estar dentro de su plato. Podría venir de su propio hocico. Si, todos sabemos lo rico que huele la popó del perro vecino o su colita. O de lo que pisó en su paseo o recogió del piso, incluyendo ese kleenex/papel de baño que olía rico.
¿Qué nos dice la ciencia?
En un estudio del [American Journal de Control de Infecciones] encontraron que de 32 superficies en el hogar, los platos de nuestros perros se ubicaban como el noveno nivel más alto nivel de contaminación. Otro estudio en el 2010 por la Universidad de Cambridge, encontraron que en ocasiones tenían más contaminación que un escusado los platos de nuestro mejor amigo. Uff.
¿Cuál es el plato más higiénico?
Casi todos los veterinaries y expertos en mascotas recomiendan los platos de acero inoxidable (https://amzn.to/3HDfg0G) por su durabilidad.
Lo único que recomendamos cuando vayas a comprar un nuevo plato, es que midas las tazas de alimento que le das a tu perro y dependiendo de su tamaño, le compres uno que le sirva de cachorro a adulto.
Además, en estudios han mostrado que los platos de acero inoxidable tienen una cierta resistencia a algunas bacterias. Los platos de cerámica pueden tronarse más rápido o despostillarse y almacenar más bacterias.
¿Pero entonces cómo los debemos lavar?
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Lava el plato de comida de tu mejor amigo después de cada uso con agua caliente pasando tus manos por toda la superficie. Asegúrate de lavar tus manos antes y después de lavar los platos de tu perruno. Trata de no usar tu lavaplatos, ya que hay varias bacterias que podrían sobrevivir si las temperaturas de lavado.
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El bowl de agua, lávalo una vez al día, usando la misma técnica.
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Observa si tiene algún aroma, algo que éste creciendo o si está cambiando de color. Si notas cualquier cosa extraña, tal vez es tiempo de cambiar tu plato.
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Revisa que tu plato se encuentre en buen estado, cualquier señal de deterioro podía implicar una mayor acumulación de bacteria. Además es importante que la reemplaces después de cierto tiempo si ya no está en buen estado.
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Siempre es mejor que nuestro peludo tenga su propio bowl. Las bacterias y viruses puede flotar más tiempo en los platos que sean más frecuentadas por otros perros en lugares públicos, por lo que lo más recomendable es evitarlos a toda costa.
¿Tu que plato usas? ¿cómo lo lavas?