Entrenar a mi perro
¿Con o sin castigo?
El entrenamiento es fundamental para que podamos convivir humanos y perros. Para que nuestros peludos puedan cumplir con su rol de animales de compañía, necesitan entrenamiento para habitar dentro de nuestras casas. Esto incluye desde ir al baño, paseos y hasta límites.
Muchas veces la falta de entrenamiento o reglas de convivencia resultan en el abandono o maltrato.
Y justo hoy te vamos a platicar de un estudio que se enfocó en encontrar el método de entrenamiento con el mayor bienestar para nuestro mejor amigo.
¿Qué tipos de entrenamiento hay?
Básicamente existen dos métodos para entrenar a un perro. El primero a base de castigos y refuerzos negativos y el segundo con refuerzos positivos sin castigos.
¿Pero como distingo un método de otro?
A principios del siglo 20, se publicaron los primeros manuales para entrenamiento de perros. El más importante fue el publicado por Konrad Most, un alemán que entrenaba perros para la policía de Berlín. Los perros eran entrenados como soldados y con énfasis en disciplina y cualquier negativa de seguir las instrucciones tenía como respuesta un castigo con un látigo especial. Hoy, por ejemplo, el uso de collares de adiestramiento eléctricos sigue esta misma filosofía. Así como el uso de correcciones fuertes con su correa para crear malestar en el perro, pegándole o utilizando fuerza física para pedirle sumisión, así como el uso de correctores que usan agua o aire, así como el jaloneo del perro para obtener la posición deseada.
En contraste, el entrenamiento positivo que se basa en darle recompensas al perro con estímulos agradables cuando muestra el comportamiento deseado. Estos premios involucran comida, así como también elogios verbales o cariños pueden tener un impacto en el entrenamiento.
¿Qué dicen los ciéntificos?
Ya previamente, se habían realizado varios estudios obteniendo información de los guardianes de los perros, en los que se mostraba una disminución en el bienestar de los perros con los métodos correctivos. Sin embargo, no fue hasta 2020, cuando un grupo de científicos se dieron a la tarea de analizarlo fuera del contexto de entrenamiento. (aquí el estudio)
Así, durante 3 sesiones de trabajo, obtuvieron muestras de saliva de los perros para medir los niveles de estrés en ellos (con la hormona de estrés conocida como cortisol), también filmando a los perros para estudiar su lenguaje corporal. Además, se les puso una tarea a completar con refuerzo negativo y positivo. En el estudio utilizaron distintas combinaciones de ambos métodos.
¿Cuál fue la conclusión?
Los resultados indican que perros entrenados con métodos correctivos experimentaban un menor bienestar durante la sesión de trabajo, que los perros basados en métodos positivos. Durante las sesiones los perros mostraban un mayor nivel de estrés y muchas veces estaban tensos y con lenguaje corporal inseguro. Adicionalmente, los perros entrenados con un mayor porcentaje de métodos correctivos tenían un menor bienestar fuera del contexto del entrenamiento, impactando negativamente también la resolución de las tareas, en las que las hacían más lentamente y con más miedo.
Así que al final, ¿cuál es el mejor en términos de bienestar de mi peludo?
Sin lugar a duda los estudios nos muestran que es mejor utilizar métodos positivos para entrenar a nuestro perro. No solo aprenderá más rápido, sino que, además, construirás una mejor relación entre humano y perro, basada en una relación positiva y no de miedo. Al final esto resultará en un perro más contento y saludable. Y bueno, también un humano.